miércoles, 3 de septiembre de 2008



Completamente desnudos

Estaban los dos
completamente desnudos.
Sabían que se entregaban
a la aceptación o al rechazo.
Y es que estaban desnudos.
Era todo o nada.
Y es que estaban desnudos.

Sus dedos tocaron
historias infinitas,
y sus oídos escucharon
sus canciones favoritas.
Y sin decir más nada
una comida, un recuerdo, un barrio, imaginar y escribir,
se conocieron.
Es que nuevamente estaban,
solos y desnudos,
por mal que les pesara
así se encontraban:
solos y desnudos.

Y sabían que entregarse
es algo riesgoso,
pues desnudarse no es tan fácil
cuando hay un otro
mirándote.
Pero esta vez les resultó
bastante acertado
no tener miedo y mostrarse,
piel a piel.

Y sin querer se descubrieron
y con intenciones se entregaron,
y sin creerlo jugaron
a este juego sin reglas del amor.

Y creo que se miraron sin mirarse
e intuyo que se acariciaron sin acariciarse,
yo me arriesgo a que se besaron sin rozarse
me juego que se entregaron sin animarse
a cortarse las alas y dejar de vivir.

Y desconozco
como se fue dando el resto.
A mi me contaron
que eran dos ciegos y se conocieron,
y se conocieron
completamente desnudos.