domingo, 4 de abril de 2010

¡Azuquer no!

Cuando mi hermanita tenía dos años nunca pronunciaba bien la palabra AZÚCAR. Cuando ella solicitaba este ingrediente ( que lo hacía bastante seguido dado a la peculiaridad de tomar mate a su corta edad) decía: "me pashas el AZUQUER." Lo cierto es que todos la corregíamos y le decíamos: "Azuquer no Camila, Azúcar." A lo que ella respondía: "No, yo quiero azuquer".
Llego un día, el cual no puedo fijar en un momento exacto de la historia, en que Cami repentinamente empezó a decir la palabra Azúcar. La familia entera nos miramos perplejos. Está bien que todos la corrigiéramos pero en cierto punto nos gustaba como sonaba su simpática vocecita al pronunciar dicha palabra.Fue realmente devastador; Después de todo le quedaba lindo decir azuquer.

martes, 2 de marzo de 2010


Tengo una verdad que contar. Ya no aguanto más. Calle tanto tiempo, TANTO. Pero todo tiene su límite. Siempre lo dijo mi madre: calla hasta explotar.. Pero yo ya no puedo más. Perdón, perdón si mis verdades lleguen a lastimar a alguien, pero juro, juro Dios santo, que necesito gritarlo.
Al principio creí que podría manejar la situación perfectamente. No era demasiado tiempo, sólo hasta que Rubén haga los trámites y pudiera salir del país. Él me había dicho que no sería mucho: un par de días, a lo sumo unas semanas y ya estás liberado papá. Creí que podría dominar la situación durante ese tiempo. Lo creí tanto que me convencí completamente de ello y lo logré. Mi vida siguió su curso normal por un par de días, tanto que de a ratos me olvidaba.
El problema comienza exactamente cuando Rubén desaparece misteriosamente. "El celular está fuera del área de cobertura, intente más tarde. Muchas Gracias" Me repetía la operadora del celular de Rubencito. "Bueno, no pasa nada. Capaz Rubencito tuvo un percance, nada grave Adrián. Vas a ver, dale unos días que te está llamando" Me repetía todas las mañanas mientras me cepillaba los dientes. Pero mi querido Rubencito resultó ser un hijo de re mil puta. Porque Rubecito nunca me hizo el llamadito y se llevo toda mi platita a otro lugarcito y nunca me hizo los tramititos para que yo pudiera salir del paisito!!!!!
Así que yo, Adrián Rivas entré a enloquecer. Pero entré a enloquecer realmente. El problema comenzó con el tema de los sueños. Soñaba con ella todas las noches. PERO TODAS las noches son absolutamente todas. Era siempre el mismo sueño: Yo estaba en un bote pescando y me ponía a llorar porque no había podido pescar nada y me sentía un fracasado. Me paraba en el bote y gritaba:" ¿Cómo una persona puede volver de pescar sin un pescado en la mano?" Entonces aparecía ella, vestida con un vestido blanco y un tull en la cabeza y con un pescado en la mano me miraba y me decía: a pesar de todo toma, yo te regalo un pescado. Y desaparecía. Yo me quedaba inmóvil porque no entendía cómo había aparecido en mi bote y cómo había desaparecido de él. Todavía con lágrimas en los ojos me sentaba y me comía el pescado.
Ya sé. Ya sé. Sí sí. No es para tanto, Adrián. No es un sueño tan desagradable. Es hasta cómico. ¿Cómico? ¿Cómico? ¿Decime qué carajo te parece cómico de ese sueño hijo de puta? Noooo, vos no tenés una puta idea lo que es soñar con botes, pescados y ella tooooodaas las noches. No, vos no tenés derecho a decir que no es para tanto si no sabés. Sino sabés lo que es cargar con todo esto. Tranquilizate Adrián, ¿qué te anda pasando boludo? ¿Quién es la minita con la que soñas? Vení, sentate. Charlemos que hace mucho no me contas. Claaaaaaro, ahora querés que charlemos, ahora querés saber que carajo me pasa ¿no? Ya está. Yo estoy tranquilo. Yo, Adrián, cuento hasta tres y estoy tranquilo. Uno. Dos. Tres. Respiro bien profundo y yo, Adrián ya estoy tranquilo.
Pero no. No funcionaba, yo no podía seguir viviendo mi vida así. Ya no era vida. Día y noche mi mente torturada por sus palabras, por su mirada, por su mano fría. Día y noche. ¡Por Dios! ¡Qué castigo más inhumano! Pensé que podría salir de ésta, pensé que a tu manera me ayudarías. Pero me dejaste solo como siempre. Solo como un perro cantando una canción de amor al cielo. UuU, el cielo. Pero acá estoy querida dándome por vencido. Acá estoy señores. Gritando verdades. Escúchenme porque creo que estoy muriendo y ya no puedo hablar mucho más. Tuve mis límites, pensé que no me pasaría nada, que pronto estaría lejos de este lugar pero igualmente me di cuenta que me seguirá a todas partes. Esté dónde éste el tormento me perseguiría.
Perdón, yo siempre quise que vivas. Pero fuiste tan cruel. Me heriste tanto. Me mentiste demasiado. yo no estaba cambiado, NO ME DIGAS QUE YO ERA EL CAMBIADO si vos ni me hablabas. Si ya no me acariciabas. Perdón, perdón, perdón. Siempre quise que vivas. Pero eras tan fría que me lastimabas tanto. Cada palabra me hundía un poquitito, cada miraba era un puñalazo. Perdón, yo realmente quería que vivas. Porque sin vos yo no vivía pero vos vivías para otros y perdón, en serio, pero entonces , así, de esa forma, tan muerta en vida, así para mí, no sé, así entonces yo no quería que vivas.

Ayer tuve una charla bastante profunda con mi hermana de diez años sobre la muerte.
En una me tiró: "Hay un refrán que dice Dios no cierra una puerta sin abrir una ventana"
Me siento bastante pelotuda, bastante.

domingo, 21 de febrero de 2010

se inundan las calles
se desangra el pecho
cuesta respirar
cuesta llorar
cuando se inundan las calles
cuando se desengra el pecho.

te regalo una alcantarrilla
para que no se inunden las calles
y un corazón sano
para que ya no sangre el pecho.

soy patetic.com NIIIIIINO$$$$$$ piola vago

lunes, 8 de febrero de 2010


Hola, buenas noches. Por más vueltas que le he dado al asunto aquí me encuentro. Me decidí por ser fuerte. Me costó, no lo niego, pero acá estoy. Qué importa lo otro si acá estoy,

¿no?

Es confuso el motivo de mi encuentro. Todavía no sé exactamente lo que se desplegará de mis dedos, pero a pesar de todo lo que ignoro, aquí me encuentro. Porque me decidí a ser fuerte. Me costó, no lo niego, pero acá estoy.

Primero fingí no encontrar papel dónde escribir. Busqué, busqué hora y media hasta que fingí cansarme de buscar y miré televisión. Pero ésta fingió mostrarme nada interesante así que decidí buscar tinta y escribir. Fingí no encontrarla por aproximadamente tres cuartos de hora, hasta que, mientras fingía tener sueño la vi. Una lapicera bellísima, diría perfecta para esta ocasión. Lo otro fue más simple, las hojas empezaron a llover del techo, caían sobre mi rostro y me pedían perdón. ¿Perdón por qué? Todos sabíamos que este día llegaría, y cuando digo todos me refiero a los múltiples seres que invaden mi alma cada momento. Me gustaría explayarme en ésto pero temo que hacerlo me llevará mucho tiempo, y todavía puedo fingir que no comencé a escribir esto y que fue un simple sueño. No quiero correr ese riesgo, entiéndanme. Soy fuerte, ¿qué más quiero? Me costó, sí, no lo niego, pero acá estoy

¿no?

Hay ruidos en toda la casa, hay voces que me ruegan ser escuchadas. Pero no puedo, porque oigo golpes, oigo insultos, oigo ladridos y una sinfonía de pájaros me dice adiós, hasta mañana. Los quiero detener, pero repiten “Hasta mañana”, pero ¿y mañana? Mañana ya no, quiero hoy. Pero se van volando porque no me escuchan, es que hay ruidos en toda la casa, hay voces que me ruegan ser escuchadas. Pero no puedo oírlas, aunque sean voces que realmente ame, yo no puedo oírlas, porque hay golpes, hay insultos y hay ladridos.

¿Qué más da? ¿Cuántas vueltas más pretendo darle al asunto? Cuando uno es infeliz ya no importa nada sólo hay que abrir la puerta y caminar. Pero para ello hay que ser fuerte, y yo ya lo soy. Yo ya no soy más débil. Heme aquí, la mujer fuerte. Heme aquí, la no débil. Heme aquí la que finge no saber cómo concluir este texto.

Pero miento, cuánto miento. Porque yo sé cómo terminar, pero no quiero. Terminar algo significar cambiar y cambiar da miedo (aunque ya sea fuerte).

¿Pero qué hay de los demás? ¿Cómo que no importa? ¿Cómo que no les importa? ¿Qué hay de mí? ¿Qué hay de lo que siempre soñé? ¿Qué hay de mis proyect..? Cierto, qué inútil es hablar con uno mismo cuando no te caes bien. En fín

Acá estoy, decime vos

Cómo hago.

Ya está me cansé. Pido disculpas a quién lea esto, ¿alguien lo leerá? ¿lo rescataran del humo de esta casa, del fuego que dentro de poco quemará todo lo que se disponga a exterminar? Y allí estaré yo. Quemada. Quemada por fuera y por dentro. Qué irónico morir así, ahogada. Ahogada por mis pensamientos. Quemada. Quemada por mis sentimientos. Ya no queda nada. Ya me jugué todo. Esta es mi última ficha. Y la juego por mí, por mi bienestar. Porque me quiero y Porque ya no puedo.

Morir quemada, ¿qué sentiré? ¿Me animaré? Pido perdón nuevamente. Es que tengo miedo, aunque sea fuerte, tengo miedo. Sé que cuando termine de escribir me enfrentaré a mi misma, me miraré un espejo y me diré: sos bellísima pero te quemas. Quemas lo que tocas. Hervís por dentro. Me miraré al espejo y quizás ría aunque quiera llorar

Pero no lloraré, ya crecí

Y no lloro más.

Ojala esto no se queme, no sé, ya no puedo preocuparme por trivialidades como ésta, pero en realidad me gustaría que alguien lo lea, quizás alguien se enamore de mis palabras y de mí.

Qué absurdo! Por favor no te enamores de mí, ya estaría muerta. Ya estoy muerta. Me hubiese gustado conocerte antes, quizás así me hubiese salvado. Pero, pensándolo bien, si hoy no me quemara nunca nos hubiéramos conocido. Porque ahora nos conocemos. Te estoy contando un montón de cosas de mí y vos te estás enamorando. Sí, de una muerta. Me gustaría saber algo de vos, cómo te llamas, qué haces, qué te gusta de mí. No, ya no me ames. Ya es tarde para amar. Ya soy del pasado y en tu presente no quepo. Porque no estoy, porque me quemo.

Y, Dios Mío, ¿estoy llorando? Sí, estoy llorando porque ya te extraño. Ya te amo, pero no te conozco. ¿Qué está pasando, por Dios?

No tiene sentido

Es un amor imposible.

Porque me he ido, aunque te ame como nunca amé a nadie. Porque te amo, aunque no esté. Aunque no haya tocado tus labios te juro que te amo. Estoy segura que podrías salvarme, pero no hay tiempo. El momento nos jugó una mala pasada, y vos y yo no nos encontramos. Te tuteo, sí, porque te amo. Y qué me importa, si total me quemo. Hiervo por dentro, me desintegro. ¡Por Dios! Me falta el aire, me quemo viva, no puedo.Ya no sé, ya no sé si es el fuego o la pasión que siento por este amor tan desgraciado.

Hasta siempre,

Adriana Casarés.

S.

sábado, 6 de febrero de 2010

No tengo tiempo
el fin de semana se me pasa volando
No tengo tiempo
Mirá qué hora es y todavía no hice nada de lo que tenía que hacer.
No tengo tiempo
Dios, así no se puede más, así no se puede.
No tengo tiempo
De vez en cuando necesito descansar, relajar mi mente
No tengo tiempo
Es inHumano vivir así.
No tengo tiempo



No tengo
tiem..

CHE espera, tiempo para qué? Para quejarte tenés mucho tiempo.

jueves, 4 de febrero de 2010

y llegará el día en que la muerte
le enseñará a vivir
a los vivos..

a los (muy) vivos.